Empezamos hoy lunes una semana intensa, que va a vivir su momento más álgido la medianoche del jueves con el inicio de la campaña electoral de las elecciones generales del 28 de abril. Llevamos casi un año de una intensísima campaña encubierta, desde que Pedro Sánchez pisó la Moncloa, pero será a partir de las cero horas del viernes 12 cuando los partidos podrán pedir el voto abiertamente a los ciudadanos. Se dará entonces el pistoletazo de salida a la fase decisiva de las elecciones más cruciales que ha vivido este país en la democracia.
Las encuestas hechas públicas hasta ahora evidencian que cada voto va a valer su peso en oro. Especialmente, en aquellas provincias de la España interior. Esa España que ha sido vaciada y tradicionalmente olvidada, pero que ahora se ha convertido en objeto de deseo de los partidos. Es la magia de las elecciones. Provincias como Huesca y Teruel, en las que ya se han dejado ver los candidatos Arrimadas y Rivera, van a ser piezas muy codiciadas.
En Aragón, la renovación de los cabezas de lista ha sido notable. La orla final de las generales en las tres provincias nos ofrece muchas caras nuevas. Repiten tres candidatos y únicamente hay nueve mujeres encabezando las listas.
Pero la sorpresa más significativa ha sido la decisión del PAR y de Chunta Aragonesista de no concurrir a las generales, por primera vez en los últimos años, y poner todos los huevos en la cesta más segura de las autonómicas del 26 de mayo. Una decisión inteligente en un contexto como el actual, en el que predomina el relato viejuno de los bloques: las derechas y las izquierdas, es decir, el del voto útil. Y en medio, no hay sitio para nacionalistas y regionalistas.
En Aragón, repiten tres candidatos y únicamente hay nueve mujeres encabezando las listas a las generales