Después del atracón electoral del pasado domingo, toca digerir unos resultados que dibujan en Aragón un panorama político incierto y muy abierto. Un paisaje político que va a obligar al diálogo. Es hora de reflexionar, hablar y meditar serenamente.
Es hora en definitiva de la política con mayúsculas que deberá coser lo descosido y de propiciar propuestas y acercamientos que hoy se antojan imposibles. Hoy más que nunca, los políticos de todos los colores están obligados a hacer fácil lo que se ve extremadamente complejo. Los políticos deben ponerse a hacer su trabajo, que no es otra cosa que hacernos la vida más fácil. Es hora de que trabajen por el bien de los ciudadanos, porque nosotros, los ciudadanos, ya trabajamos el domingo.
Estoy convencido de que el tiempo acabará ordenando un tablero diabólico en el que Ciudadanos, consciente de que tiene la llave más deseada, aspira a todo, demostrando que tiene un hambre voraz, que puede llegar incluso a la presidencia del Gobierno de Aragón con apenas 12 diputados. Las ansias por acapararlo todo son peligrosas en política.
Por esa razón, es tiempo de tomar un café, aunque sea mezclado con pólvora.