Ha llegado a la política aragonesa el torbellino Jorge Azcón con hambre de triunfos tras una larga sequía popular. El alcalde de Zaragoza anunció hace solo veinte días su candidatura a liderar el Partido Popular de Aragón y todo se ha convulsionado de tal manera que el duelo entre Azcón y el socialista Javier Lambán ya es público, notorio y especialmente ruidoso. Y eso que Azcón todavía no ha sido elegido en el congreso de mediados de diciembre y mucho menos está claro que vaya a ser el cabeza de cartel del PP aragonés en las elecciones autonómicas de mayo de 2023, aunque por sus declaraciones parece que lo sea.
Ha desembarcado en la política aragonesa el Azcón provocador y beligerante de sus tiempos de dura oposición al ex alcalde Belloch. El torbellino Azcón se propone despertar a un partido que caminaba sin rumbo, aletargado, en su papel de principal partido de oposición en las Cortes. Y ha puesto en guardia a un Lambán, que hasta ahora ha transitado por la legislatura con relativa tranquilidad y que ve en Azcón al enemigo a batir.
Ambos políticos se ven las caras este lunes en la bilateral para firmar el acuerdo de financiación del consistorio. Será un encuentro con morbo, precedido de un clima de tensión provocado por un largo listado de cuestiones polémicas pendientes, como la financiación de las obras del tranvía o el nuevo campo de fútbol. En los últimos días también ha habido un choque entre ambos por el deseo de Lambán de construir pisos de alquiler para jóvenes en la Expo. A lo que Azcón le ha respondido sin contemplaciones advirtiendo que se trata de un proyecto ilegal. La lucha electoral por Zaragoza ciudad está servida.