Sin novedad en el frente, película con nueve nominaciones a los Oscar, refleja la crueldad de las guerras, que a menudo se olvidan de las verdaderas razones que las han provocado, si es que puede haber razones, para convertirse en una lucha por el poder mientras miles de jóvenes desconocen los motivos reales por los que mueren en la batalla.
Resulta dramático asistir a una carnicería de adolescentes de apenas 18 años, que van cayendo uno tras otro de manera angustiosa en el lodazal del frente bélico, sin que los altos mandos del ejército, responsables de aquella sin razón, se inmuten a cientos de kilómetros de distancia.
Desde hace meses, en el PAR se está viviendo una guerra sin cuartel entre los mariscales aragonesistas que, ante la mirada perpleja de sus militantes y alcaldes, han situado al borde del precipicio a un partido que en sus 45 años de historia ha acumulado todo el poder posible en Aragón y que ahora puede estar excavando su tumba política. Nadie con la cabeza lo suficientemente fría ha logrado hasta ahora la firma de un armisticio que aporte oxígeno a escasos cien días de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Los diferentes bandos se han enfrascado en una lucha encarnizada, con duras acusaciones, mociones de censura internas y cruce de recursos ante los tribunales que han desembocado en la escisión y la creación de un nuevo partido, Aragoneses, promovido por los críticos a Arturo Aliaga, atrincherado hasta ahora junto a sus fieles y a un voluminoso paquete de folios de denuncias y acciones que exhibe cuando justifica de forma detallada su actuación en esta crisis que tiene mucho que ver con enfrentamientos personales y de lucha por el poder.
La aparición en escena de este nuevo partido impulsado por los críticos del PAR va a fragmentar todavía más el voto aragonesista en las próximas autonómicas. El escenario va a ser diabólico: el PAR, Aragoneses, Aragón Existe (la marca electoral de Teruel Existe) y Chunta Aragonesista competirán por el electorado aragonesista.
El nuevo presidente del PAR, Clemente Sánchez Garnica, un histórico aragonesista curtido en mil batallas, va a tener que imponer la paz interna y ponerse a trabajar en la preparación de las primarias porque a estas alturas todo está por hacer. Solo saliendo de la trinchera y promoviendo un escenario menos belicista va a poder afrontar con ciertas garantías el reto mayúsculo de prolongar la supervivencia del PAR en el complejo escenario político aragonés que va a surgir de las urnas. En caso contrario, alimentará el bipartidismo de PP y PSOE.