Por si teníais alguna duda, el ultra Alejandro Nolasco sigue siendo el vicepresidente de Aragón. A pesar del acoso de la oposición al número dos por sus declaraciones racistas, Jorge Azcón ha decidido mantenerlo en el cargo. Quizás muy a su pesar, sin duda obligado por las matemáticas parlamentarias, pero lo cierto es que un crecido Nolasco ha salido airoso de la polémica y se ha hecho fuerte en su sillón del Pignatelli.
Azcón ha tenido que afrontar la peor crisis que ha sufrido su joven Gobierno. Y lo más llamativo es que este conflicto no ha sido provocado por la gestión del Gobierno PP-Vox, sino por el numerito racista que protagonizó su vicepresidente a las puertas de la Aljafería, símbolo de la convivencia entre religiones, al romper un folleto sobre el Ramadán editado por el PP del Ayuntamiento de Huesca. Nolasco actuó rodeado y jaleado por sus diputados de Vox, que también suelen vincular el Islam a la delincuencia y el yihadismo.
La actitud xenófoba de Nolasco -conviene recordar que es el vicepresidente de Aragón- ha unido a la oposición en bloque, que ha exigido su dimisión y ha empujado al líder de la DGA a salir, muy a su pesar, en defensa de su vicepresidente.
Azcón, con cara de circunstancias, visiblemente incómodo, ha evitado en el pasado pleno de las Cortes mostrar su apoyo público a su vicepresidente y ha marcado distancias con su socio de ultraderecha en materia de inmigración. No obstante, ha preferido no añadir más sal en la herida y no cesarla. Y como la mejor defensa es un ataque, ha retado a la oposición a llevar la polémica a la justicia.
Azcón ha preferido tragarse el primer sapo de su socio de Vox, aunque seguramente no será el último. Lo contrario, es decir, forzar ahora el cese de Nolasco, habría desencadenado una crisis de consecuencias imprevisibles en el Gobierno PP-Vox cuando apenas lleva ocho meses de vida.
EL VICEPRESIDENTE SE CRECE. Un Alejandro Nolasco, visiblemente irritado y muy crecido intentó en varias ocasiones intervenir en el pleno para responder a las acusaciones de la oposición. No lo consiguió porque su compañera de partido y presidenta de las Cortes, Marta Fernández, se lo impidió. Azcón asistió con cara de circunstancias al nuevo numerito protagonizado por su vicepresidente.