Poco a poco, se va a instalando la normalidad postpandémica. Los colegios han abierto esta semana sus puertas, todo un síntoma de que la rutina del día a día se está apoderando ya de nuestras vidas. El curso político también ha izado el telón en Aragón. Las Cortes han celebrado esta semana su primer pleno y se han reunido varias comisiones parlamentarias permanentes.
El Gobierno del cuatripartito ha inaugurado el nuevo tiempo con una reunión en la que, entre otros acuerdos, ha declarado de interés autonómico la ampliación de Dinópolis con lo que se garantiza imprimir máxima celeridad a las obras.
Entre tanto, se anuncia que están a punto de llegar a las Cortes los terceros presupuestos del cuatripartito, los más importantes de la legislatura. Ya no valen las palabras ni las promesas vacías electorales. Ahora importan los hechos recogidos en inversiones concretas.
Definitivamente, el nuevo tiempo político se abre paso. Después de año y medio achicando agua por culpa del tsunami del covid, se podría decir que ahora es cuando empieza realmente la legislatura en la que uno de sus protagonistas, Javier Lambán, ha confirmado que él sigue y que va a optar de nuevo al liderazgo de los socialistas aragoneses, quien sabe si con la intención de parar los pies a la ministra Pilar Alegría y tutelar a su sustituto / sustituta como cabeza de cartel en las autonómicas de mayo de 2023.
Lambán ha desvelado ya la carta más urgente. Seguimos sin conocer si Arturo Aliaga, en el PAR, y Luis María Beamonte, en el PP, optarán a la reelección al frente de sus respectivos partidos.