Javier Lambán ha movido ficha. Y lo ha hecho aprovechando la caja de resonancia de un almuerzo informativo en Madrid y al que sorprendentemente no fue nadie del Gobierno de Pedro Sánchez. Confirmó lo que muchos intuíamos a falta de su confirmación oficial: que va a ser el candidato del PSOE al Gobierno de Aragón en las elecciones de mayo de 2023. Hace ya semanas que ha dejado atrás la enfermedad, él asegura que está ya curado, mantiene una intensa agenda institucional y parece sentirse con fuerzas para optar a su tercer mandato en el Gobierno de Aragón. En el caso de que lo logre, igualará el récord del también socialista Marcelino Iglesias.
Lambán ha desvelado ya sus intenciones y de paso ha empujado al popular Jorge Azcón a enseñar también sus cartas. No está claro, sin embargo, que el popular lo haga porque su situación es extremadamente compleja. De la decisión que adopte Azcón, al que le pide el cuerpo seguir en el Ayuntamiento de Zaragoza, el PP puede verse abocado a sentarse en la oposición en las dos principales instituciones aragonesas durante la próxima legislatura. No ha trascendido públicamente que Azcón tenga un delfín con posibilidades de éxito en alguna de las dos instituciones y ese hecho, a un año escaso de las elecciones, juega en contra del líder del PP aragonés. Ha surgido algún nombre en la quiniela de posibles, como la responsable de las finanzas municipales, María Navarro, pero no dejan de ser meras especulaciones y no hay nada confirmado. Como suele ser habitual en el PP, Madrid tiene la última palabra, dependerá de los sondeos que maneja, pero no parece que vaya a tener prisa.