Hace quince años, en diciembre de 2006, un concejal de Deportes de Zaragoza se atrevió a impulsar un partido de fútbol entre Aragón y Chile: le sacudieron desde diversos frentes como si hubiera proclamado la independencia. Curiosamente, las selecciones aragonesas de balonmano y baloncesto ya habían disputado amistosos con otros países sin que nadie se escandalizara por ello. Pero en el caso del fútbol se había metido Luis Pastor, concejal de CHA, y eso puso nerviosa a mucha gente. Pastor tuvo que soportar presiones, insultos y sandeces antes de que La Romareda celebrara, en medio de un intenso frío y de una espesa niebla, la histórica victoria aragonesa ante Chile en su primer choque internacional. Hubo gente que, siguiendo un proceso mental muy complicado de entender, creyó que aquello era la primera piedra de un nuevo Estado aragonés.
Hoy leo con satisfacción que la selección aragonesa podría regresar al plano internacional en uno de los actos del centenario de la Federación Aragonesa de Fútbol. El incombustible Óscar Fle, presidente de la FAF en 2006 y ahora, siempre entendió, como Vujadin Boskov, que fútbol es fútbol y no hay que darle más vueltas. Para su centenario, Aragón podría enfrentarse a la selección de Rumanía, por ser un país con una importante población en Zaragoza. Muchos de quienes entonces temían un Aragón ye nazión real, un grito a la subversión, un gesto hacia un nacionalismo aún despierto, estarán en La Romareda y aplaudirán a rabiar. Algunos serán los mismos que también hace casi quince años derribaron el proyecto de un campo nuevo, solo por haberlo impulsado Antonio Gaspar, también de CHA. Hay muchos que ven fantasmas y solo los tienen en la mente.
Javier Lafuente, periodista
Artículo publicado en El Periódico de Aragón