Los fondos europeos suponen el maná para muchos municipios aragoneses que luchan por conseguir de Bruselas ese ansiado dinero que va a suponer desarrollo y mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Pero esa pugna de los alcaldes por arañar cuanto más dinero europeo mejor se transforma a menudo en un colosal quebradero de cabeza para los pequeños municipios que, al carecer de recursos económicos y de personal especializado, se muestran impotentes ante la excesiva maquinaria burocrática que impone la Unión Europea para acceder a esas ayudas. Muchos fracasan en el intento o se ven obligados a realizar auténticos malabarismos contables e incluso endeudarse para lograr que su aventura europea sea un éxito.
Alcaldes y representantes de Calatayud, Monzón, La Sotonera, Ansó, Gea de Albarracín, Ejea de los Caballeros, Barbastro, Aínsa, comarca Andorra-Sierra de Arcos, Urriés y Fayón, expusieron recientemente los problemas para optar a una subvención, durante la jornada Una apuesta por el desarrollo rural, organizada en Zaragoza por la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP), que realiza labores de asesoramiento y de apoyo a los ayuntamientos. Entre otros asuntos, en la jornada se compartieron experiencias sobre las oportunidades de financiación surgidas a partir de los Fondos Next Generation y su alineación con la denominada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.
Peregrinaje burocrático
El alcalde de Aínsa y diputado autonómico del PSOE, Enrique Pueyo, conoce bien el tortuoso peregrinaje, repleto de minas burocráticas, que supone solicitar una subvención europea desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado o de Aragón. El municipio altoaragonés ha puesto en marcha, entre otras iniciativas, con ayuda europea la campaña Zona Zero, que ha supuesto la adecuación de una red de senderos para la práctica de la bicicleta con el objetivo de que Aínsa se promocione turísticamente siendo un referente mundial en la práctica del deporte de las dos ruedas.
“Los ayuntamientos pequeños no tenemos capacidad de llevar a cabo el proyecto técnico que se nos pide. No tenemos personal preparado para eso y te ves obligado a contratar una asesoría externa que elabore ese trabajo, que conozca además las necesidades del pueblo y que tenga experiencia en trabajar con fondos europeos”, afirma Enrique Pueyo. Una vez que se subcontrata la redacción de la memoria, se modifica el presupuesto con la previsión de que la subvención se incorpore al mismo en el caso de que sea concedida. “Estamos hablando de cantidades importantes que te desajustan el presupuesto”, advierte. Tercera dificultad: cuando el ayuntamiento logra la subvención. “Deberías estar muy contento con la ayuda, pero es todo lo contrario porque hay que cuadrar el presupuesto. Cuanta más subvención te dan, más dinero tienes que poner desde el ayuntamiento porque la ayuda no alcanza el cien por cien del coste global del proyecto”. Una vez concedida la subvención, empieza otro calvario: el proceso de reunir toda la documentación requerida. “La normativa es absurda para los ayuntamientos pequeños”, opina.
La ejecución del proyecto para el que ha solicitado la subvención supone también un problema, puesto que la ayuda está condicionada a cumplir el ritmo que fija Europa. Y es que la capacidad de maniobra de un municipio pequeño es muy limitada a la hora de llevar a cabo el proceso de licitación y adjudicación del proyecto y a menudo suelen dilatarse los plazos por encima de lo que exige Bruselas. En definitiva, “el proceso de solicitud de ayudas europeas está pensado para ayuntamientos grandes con capacidad y personal específico. Para los municipios pequeños es una locura”.
La solución pasaría, a juicio de este edil, porque el Gobierno de Aragón asumiera el coste del equipo de personas contratadas externamente para llevar a cabo todo el proceso, lo que ayudaría a aliviar las cuentas municipales y contribuiría a agilizar todo el proceso.
En total, se han asignado a España más de 36.000 millones de euros de los Fondos Next Generation, (a través de los Fondos REACT-EU 2021-2022- y el Fondo de Recuperación y Resiliencia -2021-2026) de los que la mitad son gestionados por las Comunidades Autónomas. Aragón ha asumido la gestión de 627 millones de euros.