La izquierda de Aragón vuelve a tropezar en la misma piedra. Si hace cuatro años su falta de unidad permitió que el popular Jorge Azcón llegara a la alcaldía en Zaragoza, en las próximas elecciones del 28 de mayo, Izquierda Unida, Podemos y Chunta Aragonesista volverán a concurrir cada uno por su cuenta tanto en el Ayuntamiento de Zaragoza como en las Cortes de Aragón. A pesar de que coinciden en muchos asuntos y los podrían defender codo con codo. Asuntos como la lucha contra la unión de estaciones de esquí, la movilidad o el modelo de desarrollo territorial. Pese a esas evidentes coincidencias en la forma de hacer política, no habrá candidatura conjunta de la izquierda en Aragón.
Han fracasado los numerosos intentos de IU y de Zaragoza en Común en la búsqueda de una candidatura conjunta. Como también han caído en saco roto las decenas de firmas de militantes y simpatizantes de izquierdas que han respaldado el manifiesto a favor de la unidad de las fuerzas progresistas, promovido por la Plataforma Aragonesa Progresista, que agrupa a personas vinculadas con distintos ámbitos sindicales y políticos, como afiliados a CCOO o UGT, PSOE, Podemos, Izquierda Unida, Chunta Aragonesista o Zaragoza en Común, y sin afiliación específica.
Como ya es una tradición en la izquierda, cada partido se niega a formar parte de una coalición que difumine sus siglas. Prefieren ir a la guerra electoral por su cuenta, convencidos de que están posesión de la única verdad para transformar la sociedad y, en consecuencia, piensan, que son imprescindibles por encima de los demás. Parece que las actitudes sectarias, las cuentas pendientes y los enfrentamientos personales se han impuesto finalmente a la ideología, a la voluntad de aunar fuerzas y a la convergencia en un proyecto conjunto a la izquierda del PSOE para Aragón.