Pilar, calienta

La celebración del 41 Congreso Federal del PSOE de este fin de semana supone el inicio oficial de la cuenta atrás del trascendental cónclave de los socialistas aragoneses, previsto los días 15 y 16 de marzo, que elegirá al sustituto de Javier Lambán como secretario general del partido después de casi 14 años en el cargo.

Faltan más de tres meses, todavía es prematuro aventurar posibles candidatos, pero la mecha del polvorín en el que se puede convertir el congreso del PSOE aragonés está encendida desde hace tiempo. El propio Lambán ha pronosticado que habrá primarias y, por tanto, habrá confrontación de aspirantes al cargo.

Por favor, acepta la instalación de cookies de YouTube para ver este vídeo. Al aceptar podrás acceder a contenido de YouTube, un servicio prestado por un tercero.

Política de privacidad de YouTube

Si aceptas, tu elección se guardará y la página se refrescará.

En principio, nadie se ha postulado oficialmente a la sucesión. El sector de Lambán, fuerte en Zaragoza y Teruel, no tiene candidato claro. Sobresale el presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza y líder de los socialistas zaragozanos, Juan Antonio Sánchez Quero, por su amplio apoyo orgánico, aunque no es diputado autonómico, lo que puede complicar sus posibilidades.

Por eso, también tiene opciones la portavoz socialista en las Cortes, Mayte Pérez, que en lo que llevamos de legislatura ha cargado con el peso de la oposición al Gobierno de Jorge Azcón.

Pero muchos miran, especialmente los socialistas de Huesca, hacia la Moncloa, hacia a la ministra portavoz, la aragonesa Pilar Alegría, como posible sustituta de Lambán. Alegría, que en los últimos meses ha logrado entrar en el circulo más cercano a Sánchez, no ha desvelado sus intenciones. Su candidatura tiene escaso poder orgánico, solo tiene el respaldo del PSOE oscense, enfrentado a Lambán. También tiene el inconveniente de que no es diputada autonómica. Sin embargo, estaría obligada a dar el paso si Sánchez la empuja finalmente a ello.

Sea quien sea el elegido o la elegida, el PSOE de Aragón debería consensuar el nombre de un candidato y no acudir a cara de perro al congreso de marzo. Se juega mucho. Necesita un liderazgo sólido que refuerce su estrategia de oposición al Gobierno de Jorge Azcón, en minoría desde la espantada de Vox, pero que vive en estado de gracia con el viento de favor por el desgaste del PSOE de Sánchez, que navega de escándalo en escándalo. El futuro líder socialista debe ser capaz de gestionar la travesía del desierto de un partido que perdió casi todo el poder institucional tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo del pasado año. En estos momentos, solo gobierna en la Diputación de Zaragoza.

No olvidemos tampoco que el futuro dirigente del PSOE aragonés deberá ser en buena lógica el candidato socialista a la DGA en 2027. Por tanto, deberá contar con el apoyo de un parte importante del partido. Lo contrario sería repetir la nefasta experiencia de Marcelino Iglesias en las elecciones de 1995, cuando siendo candidato sufrió el boicot del PSOE de Teruel y de Zaragoza. Y así le fue.