Iniciamos semana cabalgando a lomos de esta extraña campaña electoral exprés que nos llevará en apenas seis días a una nueva cita con las urnas. Ha sido un fin de semana de máscaras y de muertos vivientes, de candidatos pidiendo el voto y de encuestas, de muchas encuestas, que dibujan un panorama incierto e ingobernable a partir del próximo lunes día 11.
De las encuestas publicadas hasta ahora, hay varias cuestiones a destacar: En primer lugar, va a haber una alta abstención porque estas elecciones hastío y provocan muy poco entusiasmo. En segundo lugar, el PSOE se estanca (sólo el CIS derrocha optimismo al situar a los socialistas en torno a 150 escaños); el PP sube gracias a la debacle de Ciudadanos y a la campaña de perfil bajo, muy moderada protagonizada por Casado. Vox ha perdido ya todos los complejos e impulsado por la crisis catalana se consolida como la tercera fuerza política en dura pugna con Unidas Podemos. Y el partido de Errejón parece que va perdiendo la fuerza inicial. La situación en Aragón tampoco difiere de la nacional, salvo que los sondeos confirman el escaño para Teruel Existe.
Ante este panorama que apenas varía respecto a abril en relación a las posibilidades de que nazca un Gobierno fuerte y estable para los próximos años, debemos exigir a los políticos mucha generosidad y menos cortoplacismo y ombliguismo. Porque en caso contrario, vamos de cabeza a las terceras elecciones y eso nadie lo podría soportar.