Paradojas de la política, el mismo día en el que se cumplían 41 años del golpe fallido de Tejero, Pablo Casado fue víctima de su 23-F particular. Los mismos que habían proclamado apenas días antes su lealtad inquebrantable al líder, exhibieron sus puñales al grito de ¡Casado ha muerto, viva Feijóo!. En apenas cinco días, el denunciante de un presunto delito de tráfico de influencias se precipitó a los infiernos, mientras que la denunciada sobre la que recayeron las sospechas de corrupción se limpió la sangre en olor de multitudes. Una duda, de las muchas que flotan en el ambiente: ¿Lady Ayuso acabará aquí o proseguirá con su cruzada sangrienta al menor signo de debilidad de Feijóo?
Ni los más viejos militantes recuerdan haber visto un terremoto de esa magnitud en el PP. Los navajazos entre Ayuso y Casado, a quienes se sumó a última hora un envalentonado Feijóo y el resto de barones que protagonizaron la espantá, incluido Jorge Azcón, han centrado tertulias de café y comentarios de militantes y simpatizantes. Expectación, preocupación y mucha consternación ante esta exhibición pública e impúdica de las vergüenzas del partido. Los diputados populares de las Cortes de Aragón han optado por la prudencia y el perfil bajo. La consigna ha sido: ‘Quieto en la mata hasta que pase la tormenta’. Ninguna declaración pública ni ante los periodistas ni en redes sociales. Solo el expresidente del PP de Zaragoza y actual parlamentario autonómico, Javier Campoy, realizó en Instagram una defensa encendida de Ayuso y fue especialmente duro con la dirección nacional de su partido.
Se abren ahora incógnitas sobre las consecuencias de este cambio de ciclo en el PP. Consecuencias no solo en Madrid, también en Aragón. Es evidente que Azcón seguirá presidiendo el PP autonómico, pero desde Génova pueden obligarle a aclarar de una vez su futuro de cara a las autonómicas y municipales de 2023. ¿Y Ramón Celma, elegido presidente del PP de Zaragoza con el apoyo principal de García Ejea? ¿Se abrirá la batalla interna por Zaragoza tras el congreso extraordinario? ¿Peligra el puesto en Madrid que Casado le prometió a Luis María Beamonte para que dejara la presidencia del PP autonómico?
En su despedida del Congreso, a Casado solo le faltó anunciar en su 23-F: Llegará una autoridad de Galicia que se hará cargo de este partido.