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Para los cristianos, la abreviatura a C/d C tiene un significado especial: Antes y Después de Cristo. Para los seguidores de la música heavy, las mismas siglas suponen algo muy distinto: AC/DC es el nombre de la famosa banda de rock australiana. Pero para nosotros, los que a lo largo de últimos meses estamos sufriendo el drama de la pandemia, esa abreviatura tiene un significado concreto: Antes y Después del Covid. Porque hay un antes y un después del Covid. Nada será igual a antes del 14 de marzo de 2020.
El año de la unidad científica
Y ahora, en 2021, nos encontramos en el que está llamado a ser el Año Uno después del Covid. 2021 va ser el año de las vacunas, no sólo de la que ya se aplica en toda Europa, la Pfizer, sino de la Moderna, y de los 60 proyectos que esperan ver la luz pronto. Nunca antes la ciencia había luchado tan unida en pos de un objetivo común. Nunca antes había quedado tan meridianamente claro que la unión hace la fuerza si hay voluntad de unirse.
Debe ser el año de los científicos y de la información científica. La Ciencia está llamada a consolidarse como el gran vigía que nos enseñe a convivir con los virus y que nos advierta de nuevos ataques.
Debe ser el año, por supuesto, de la Sanidad. Ningún Gobierno debe cometer la estupidez y la osadía a partir de ahora de aplicar la tijera en la Sanidad o en la Atención a los Mayores sin que la sociedad se le eche encima. Porque ahora estamos pagando la sequía inversora de años anteriores en personal e infraestructuras sanitarias.
Profundas heridas sociales y económicas
Debe ser el año de la recuperación económica y social. Las heridas causadas y las que vendrán son muy profundas. En Aragón, dejamos 2020 con 17.500 parados más, sin contar los Ertes que todavía siguen activos.
Y debe ser el año del cuatripartito que gobierna Aragón, que se ha visto arrastrado en los últimos meses por la pandemia. La labor de PSOE, PAR, CHA y Podemos ha quedado totalmente oscurecida.
Desconocemos a estas alturas si este Gobierno trasversal, como lo definió Lambán, tiene un modelo propio. O, por el contrario, como asegura el expresidente del PAR, José María Mur, cada partido va por libre y sin tener un proyecto homogéneo.