A los 15 años, saltó la primera señal de alarma de que algo no funcionaba bien. Hasta entonces no había tenido problemas con los estudios y, de repente, vinieron los suspensos, el bullying, la incomprensión del profesorado y la ansiedad de sus padres y familiares, que desconocían qué le estaba pasando. Se multiplicaron los episodios de agresividad en casa, la falta de motivación vital, la conducta antisocial y el consumo de drogas con el riesgo evidente de contraer una enfermedad mental grave. Rozando la mayoría de edad le fue diagnosticado un trastorno de la personalidad.
Este es el “calvario” por el que en mayor o menor medida atraviesan muchos aragoneses con familiares que padecen algún trastorno de la personalidad, una situación difícil de llevar, que les desborda en el día a día y que se topa con el muro y el olvido del Gobierno de Aragón. La Unidad de Trastorno de la Personalidad, creada en 2004, que fue una experiencia pionera en el país, es actualmente la única en todo Aragón que trata esta patología y dispone tan solo de seis plazas de hospitalización para una población de referencia de más de un millón de personas. La unidad comparte espacio con los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria.
Inicialmente, se ubicó en un edificio anexo al Hospital Provincial de Zaragoza, pero en 2012, con la crisis económica, el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi decidió recortar gastos y creó una única unidad en la planta de Medicina Interna del Hospital de atención a los enfermos con trastornos graves de personalidad y a los que sufren problemas alimentarios. Una situación que no ha sido subsanada por el Gobierno de Javier Lambán a pesar de que se ha disparado en los últimos años el número de enfermos que sufren alguna de las dos patologías.
Un gimnasio en el pasillo
Al compartir espacio, llegaron las estrecheces, hasta el punto de que en la actualidad los enfermos ingresados en la Unidad utilizan los pasillos como gimnasio. “Hemos perdido mucho a nivel de espacio y a nivel de personal”, subraya el doctor César Paumard, responsable de la Unidad y único psiquiatra que trabaja en este servicio, en el que también hay un psicólogo y personal de enfermería que suplen la evidente falta de medios “con buena voluntad y su gran vocación”.
Denuncia de las familias
La Asociación El Volcán, que integra a familiares de personas con trastornos de la personalidad, ha denunciado ante el Justicia de Aragón, Ángel Dolado, esta situación de “abandono” de la DGA. Fuentes de la delegación de la Asociación de Familiares de Adolescentes con Trastorno Alimentario y/o Conducta (ASFATAC) en Aragón han corroborado la ausencia de medios de la Sanidad aragonesa.
La Asociación El Volcán estima que los trastornos de personalidad constituyen una patología que está presente entre un 10% y un 15% de la población adulta y dentro del área de las enfermedades mentales alcanza al 3% de la población. Por ello, advierte que los recursos públicos disponibles en la actualidad son “muy insuficientes”. Subraya, además, que desde la Administración sanitaria no se trabaja en la prevención en las escuelas. “En los institutos, los profesores deberían tener nociones ante posibles trastornos de los alumnos”, apuntan fuentes de la Asociación. El trabajo de El Volcán está dirigido a dar soporte a las familias, ayudando a comprender en qué consiste el trastorno, reduciendo los riesgos de conflictividad familiar, dado que algunas de las quejas principales son la falta de información acerca del trastorno, falta de pautas de actuación y la incertidumbre que todo ello genera.
El Plan de Salud Mental 2017-2021 reconoce que la atención al Trastorno Mental Infanto Juvenil “no se ha desarrollado de acuerdo a las expectativas de los profesionales y a las necesidades de la población”. Este tipo de servicio es considerado “como la prioridad absoluta”, ya que “la detección temprana del trastorno mental en este grupo de población es un elemento esencial para mejorar la evolución y reducir los impactos personales y sociales del mismo”. No obstante, el Plan autonómico no contempla la realización de nuevas inversiones ni en medios ni en personal adscrito a esta Unidad de hospitalización.
Oídos sordos de Sanidad
En el informe correspondiente a 2019, el Justicia de Aragón, que ha mostrado su preocupación con la problemática de los jóvenes con problemas mentales en varios artículos periodísticos recientes, recomendó al Departamento de Sanidad mejoras asistenciales de endocrinología, psiquiatría y el incremento de recursos materiales y humanos para los enfermos de anorexia que son atendidos en la Unidad del Hospital Provincial de Zaragoza. La sugerencia no fue aceptada por la Administración.