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Confluencia

La palabra de moda en estos intensos momentos preelectorales es confluencia. Los partidos conjugan con pasión el verbo confluir en sus diferentes formas. Pero no para ser más fuertes, sino para sobrevivir. En la mayoría, está en juego su supervivencia en medio del complejo y fraccionado mapa político.
En la izquierda, la confluencia anda a tortazo limpio. Se hace difícil comprender por qué las fuerzas progresistas acostumbran a inmolarse a las puertas de una cita electoral clave. En esta versión aragonesa de modern family, por ahora sabemos que Equo, es decir, el partido ecologista, y Podemos van a confluir en una lista única en Aragón. Pero, a diferencia de lo que sucede en Madrid, Podemos e Izquierda Unida no confluirán sorprendentemente en la candidatura autonómica. La posible confluencia saltó por los aires hace unos días. El reparto de los puestos en las listas y las estrategias poselectorales de aproximación o no al PSOE habrían sido los culpables de esta falta de sintonía.
La fragmentación del voto progresista es un auténtico regalo para las derechas y para el PSOE, que se hará con el voto útil
Es más que probable que Podemos tampoco se presente a las primarias de Zaragoza en Común para decidir los puestos de la candidatura al Ayuntamiento de la Capital aragonesa. La ruptura puede llevar a cada formación a presentar su lista por separado al Ayuntamiento de Zaragoza. Como se ve, el necesario para muchos espacio común de las fuerzas progresistas está a punto de desencadenar una maraña de listas que van fragmentar más que nunca el voto de la izquierda en Aragón. No es ningún drama, ha dicho Nacho Escartín, líder de Podemos en Aragón. Es justamente lo contrario: un auténtico regalo para la derecha y para el PSOE, que sabrá coger el voto útil. Mientras tanto, Chunta Aragonesista ha pedido al PSOE confluir en un proyecto integrador de todas las izquierdas para hacer frente a las derechas. La propuesta de los nacionalistas cuyo resultado en las urnas puede ser clave a la hora de conformar un Gobierno progresista en el Pignatelli, no parece que sea del agrado socialista, que no cierra la puerta a Ciudadanos para después del 26-M También el líder del PAR, Arturo Aliaga, temeroso de quedarse sin representación en Madrid, ha propuesto repetir al PP la experiencia de confluir juntos a las elecciones generales. Eso sí, la confluencia dejaría de serlo un mes después. En las autonómicas, cada uno iría por su lado. Decida lo que decida finalmente, el PAR se colocará ante una situación realmente compleja, hasta el punto de que está en juego su propia supervivencia. Y finalmente, PP y Ciudadanos están a la espera de las elecciones para confluir después si les salen los números. A ellos, y a Vox.