El 9 de abril de 1978, nació la Diputación General de Aragón en un acto solemne celebrado en la Iglesia de San Pedro de los Francos, Calatayud. Horas después, el primer Consejo de Gobierno presidido por Juan Antonio Bolea acordó cómo sería la bandera –cuatro barras rojas horizontales sobre fondo amarillo– y también el diseño del escudo de Aragón, declaró el 23 de abril Día de Aragón y eligió la catedral de Huesca como el lugar de juramento de los cargos el día 22 del mismo mes. Y el 24 de abril se formalizó la estructura del nuevo Gobierno preautonómico, que fue publicada en el Boletín Oficial de Aragón. Fue un mes histórico, en el que se sucedieron los acontecimientos con una gran rapidez hasta el punto de que en apenas unas semanas el poder ejecutivo de la comunidad funcionó a pleno rendimiento.
El primer Gobierno preautonómico estaba formado por doce consejeros: Ángel Cristóbal Montes, consejero de Justicia; César Escribano de Gordo, consejero de Economía y Hacienda; Gaspar Castellano, consejero de Interior; Ramón Sáinz de Varanda, consejero de Obras Públicas y Urbanismo; León Buil, consejero de Educación y Ciencia; Antonio Carasol, consejero de Trabajo; Antonio García Mateo, consejero de Industria y Energía; Alberto Fuertes, consejero de Agricultura; Saturnino Arguis, consejero de Comercio y Turismo; Ángel García-Viana, consejero de Transportes y Comunicaciones; Joaquín Tejera, consejero de Sanidad y Seguridad Social; Carlos Zayas, consejero de Cultura. Asimismo, se acordó que cada consejero podía proponer al pleno de la Diputación General de Aragón el nombramiento de un viceconsejero y de un director técnico del Departamento.
Primeros pasos
Ese gobierno de la DGA preautonómica dio luz verde en su arranque al listado de miembros que iban a forma parte de la comisión jurídica encargada de asesorar en la elaboración de los futuros proyectos de ley, así como también propuso los integrantes de la comisión encargada de negociar con el Estado las transferencias. De forma paralela, se designaron los negociadores con las diputaciones provinciales. De esta forma, hace ahora 44 años, se empezó a escribir «la primera página del Aragón moderno», como calificó Bolea el trascendental momento por el que estaba atravesando la comunidad autónoma, que recobró de esta forma su identidad, 270 años después de la supresión de la Diputación General del Reino como consecuencia de la aplicación de los decretos de nueva planta de Felipe V.
En sus primeras reuniones, el Gobierno de Bolea acordó iniciar las «gestiones oportunas» para que el palacio de la Aljafería fuera la sede oficial de la Diputación General. El nuevo Gobierno había iniciado su andadura en unos locales prestados en los bajos de la sede la Diputación Provincial de Zaragoza y necesitaba más espacio. Con carácter provisional, tuvo su primera sede en la plaza de los Sitios y con el tiempo se trasladó al edificio Pignatelli tras su reforma integral. La Aljafería se adaptó como sede del Parlamento aragonés.
Una de las primeras decisiones del Gobierno preautonómico fue vetar la instalación de centrales nucleares en Aragón mientras no hubiera finalizado el proceso negociador de las transferencias. «Que cualquier decisión respecto a centrales nucleares en Aragón quede subordinada a la planificación regional, a elaborar por esta Diputación General de Aragón, y en todo caso al respeto con los establecido en esta materia por los pactos de la Moncloa», se afirmaba en el acuerdo, lo que evidencia la enorme sensibilidad que había entonces respecto al tema nuclear en la sociedad aragonesa. Eran tiempos de rechazo tajante a las nucleares.
Otro de los grandes asuntos de este Gobierno fue la amenaza del trasvase del Ebro. Bolea llegó a reunirse en varias ocasiones con el presidente catalán Josep Tarradellas para abordar esta cuestión polémica e incluso el Gobierno preautonómico aprobó en su reunión del 6 de mayo de 1978 un acuerdo en materia de aprovechamiento de las aguas del río.
El Gobierno de Bolea sentó las bases del poder ejecutivo en la preautonomía, pero fue tras la aprobación del Estatuto en 1982 y la posterior celebración de las primeras elecciones autonómicas, en 1983, cuando Aragón inició de forma definitiva el camino hacia el autogobierno con la asunción de las primeras competencias. El Gobierno del socialista Santiago Marraco estaba formado por siete consejeros, seis miembros del PSOE y uno independiente. Marraco procedía del Partido Socialista de Aragón (PSA) y ahí fue donde radicó su fortaleza y también su debilidad. Se trataba de una formación política muy enraizada en Aragón con militantes de gran valía, muchos de ellos vinculados a la emblemática revista Andalán, como el jurista y poeta Emilio Gastón, quien fue elegido más tarde primer Justicia de Aragón, o el cantautor José Antonio Labordeta. El PSA estaba formado por un grupo de soñadores, de ingenuos, que se topó de frente con la presión del férreo aparato del PSOE estatal, que lo acabó absorbiendo. Las luchas internas acabaron sentenciando el liderazgo de Marraco.
La etapa socialista dejó pasó en 1987 al Gobierno del aragonesista Hipólito Gómez de las Roces, que en un primer momento gestionó la comunidad en solitario, sin alianzas, con ocho carteras en poder de militantes del PAR. En marzo de 1989, sin embargo, como consecuencia de la inestabilidad política por la debilidad parlamentaria de De las Roces, se materializó la que fue primera coalición del PAR con el PP, lo que motivó la entrada de los populares en el Gobierno, asumiendo las carteras de Economía y Agricultura.
Portada del primer Boletín Oficial de Aragón que se publicó el 11 de abril de 1978. Servicio Especial
En la siguiente legislatura, PP y PAR se repartieron a partes iguales el poder de los ocho departamentos del Gobierno presidido por el aragonesista Emilio Eiroa, quien fue designado por sorpresa presidente de Aragón, ya que no había encabezado la candidatura aragonesista en las autonómicas. Sin embargo, la negativa de De las Roces a suscribir un nuevo pacto de coalición con el PP precipitó su renuncia y la designación de Eiroa, cuya legislatura fue muy corta, apenas duró dos años y algunos meses. En septiembre de 1993 prosperó una moción de censura del socialista José Marco gracias al apoyo de un tránsfuga del PP. Marco dimitió en enero de 1995 acosado por los escándalos y le sustituyó en funciones el entonces consejero de Presidencia, Ramón Tejedor, hasta julio de 1995.
Las elecciones autonómicas de ese año relanzaron al PP en Aragón, que por primera vez asumió la presidencia de la mano del turolense Santiago Lanzuela, que había sido responsable de Economía con anterioridad y cuyo Gobierno estaba formado por seis consejeros populares. Gobernó una legislatura, puesto que una coalición de PSOE y PAR propició el inicio de la etapa del socialista Marcelino Iglesias en el Pignatelli. Iglesias ha sido hasta ahora el presidente más longevo. Durante su mandato, se creó la figura del vicepresidente, que recayó en su socio, el aragonesista José Ángel Biel. Llegó a haber once departamentos. Posteriormente, la popular Luisa Fernanda Rudi, que con anterioridad había presidido el Congreso de Diputados y había sido alcaldesa de Zaragoza, gobernó la comunidad durante cuatro años y al frente de un Ejecutivo con diez carteras.
Hoy, el también socialista Javier Lambán, que gobierna desde 2015, se apoya en un vicepresidente y en diez consejeros en un Gobierno de coalición inédito en 40 años de autonomía, el cuatripartito formado por PSOE, PAR, CHA y Podemos, partidos políticos que han sido enemigos hasta que les ha unido el Pignatelli.