¿El Aragón de hoy es el que soñó hace 40 años?

La verdad es que hace 40 años muchos aragoneses, y yo era uno de ellos, teníamos la vista puesta más en lo que sucedía a nivel nacional que en lo regional, aunque también es cierto que colaboré en el proceso autonómico. Teníamos claro que el desafío supremo no era construir la autonomía, sino que era construir la democracia española. Sin la democracia española, la autonomía era algo utópico. 

¿Cómo ve este Aragón de ahora?

Pues depende del punto de vista. Económicamente, no está mal. El nivel de desarrollo ha sido el adecuado. La sociedad tiene una cierta homogeneidad. Políticamente, se ha conseguido el logro de un Gobierno de cuatro partidos y hay un presidente que está dando muestras de tener valor. La clave del Gobierno es el equilibrio que se ha logrado entre fuerzas muy antagónicas y muy peleonas entre ellas. 

Conseguir ese equilibrio no es fácil. Usted lo sabe bien. Ha sido testigo de varios Gobiernos de coalición.

Es cierto. No es nada fácil. Aragón es tierra de pactos en lo jurídico y en lo político. Cuando arrancamos en la preautonomía, en Aragón se consiguió algo que nunca se ha conseguido en el Estado. La creación del Gobierno de gran coalición. En Aragón, los dos gobiernos de gran coalición fueron entre la UCD, que gobernaba entonces España, y el PSOE, que era el principal partido de la oposición. Y cuando uno lo piensa en frío llega a la conclusión que algún mérito tenemos. Unos y otros, con Bolea a la cabeza, supimos poner en marcha un Gobierno y pactar unas cuestiones que se desarrollaron posteriormente. 

Usted también fue presidente de las Cortes entre 1991 y 1995. Le ha gustado moverse con discreción pero ha sido bastante controvertido. 

Hombre. Siempre he tenido un condición humana y política un tanto dada a la controversia y también hacia el pacto y el consenso. Es decir, he buscado la pelea para acabar en un pacto o un convenio. No siempre lo he logrado, pero alguna vez se han conseguido cosas interesantes. 

¿De qué se enorgullece más de su dilatada trayectoria política?

De haber llevado a las cosas una cierta ponderación y un cierto equilibrio. Me tocó como presidente pelear la única moción de censura que ha conocido Aragón, la del PSOE, con un voto comprado y aquella experiencia me enriqueció y me abrió los ojos. La moción de censura fue un hecho desgraciado pero creo que fue una academia abierta de la que todos aprendimos bastante, yo el primero. 

Habla de voto comprado pero no se ha demostrado.

Sí, sí…

Recuerda alguna anécdota de aquella moción de censura?

Hay muchas. Me acuerdo que Marco pidió la cabeza de Biel para no presentar la moción de censura. Eiroa no lo admitió y la moción triunfó

Por Conrad Blásquiz

Me llamo Conrad Blásquiz Herrero, soy periodista, consultor en comunicación y un apasionado de la información política. Soy autor del libro “Aragón, de la ilusión a la decepción ¿la Autonomía en crisis? “. Durante más de 15 años, he recorrido diariamente los pasillos del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, escribiendo sobre la actualidad parlamentaria de la Comunidad Autónoma para las páginas de El Periódico de Aragón.