El ‘llaves en mano’ de la alcaldesa

Las derechas que gobiernan el Ayuntamiento de Zaragoza -PP y VOX- están actuando con un descaro sonrojante. Estamos asistiendo a una privatización a la carta del espacio público que es propiedad de todos los zaragozanos. Algo parecido a un llaves en mano que practica el Ayuntamiento de Zaragoza poniendo el suelo público en manos de intereses privados a coste cero. Desde siempre, el Parque José Antonio Labordeta ha sido un gran paseo de ocio ciudadano y gratuito. Ha sido así hasta que la alcaldesa Natalia Chueca ha concedido directamente y sin concurso a un empresario la reconversión en un cuento de Navidad de los 20.000 metros cuadrados de la rosaleda del parque para que gane pasta a costa de este espacio público. El paseo en cuestión dura apenas 45 minutos y, si hacemos cuentas, le sale a más de 40 euros a una familia con dos hijos. Entiendo que la empresa agraciada por el dedo gracioso de la alcaldesa informará de los beneficios que ha obtenido desde finales de noviembre hasta el 7 de enero -el periodo de duración de Luzir- y cuánto dinero van a ingresar las arcas municipales, si es que está obligada a ello, porque sinceramente no está nada claro.

Otro espacio hasta ahora intocable y venerado por los zaragozanos es el considerado pulmón verde de la ciudad. Durante décadas, los Pinares de Venecia han estado a salvo del ladrillo y de la especulación urbanística. La situación ha cambiado en las últimas semanas. Recientemente, se ha modificado el Plan General de Ordenación Urbana, con el apoyo de PP y VOX, para ampliar el Parque de Atracciones. ¿Cómo? Pues talando 2.000 árboles de los Pinares de Venecia. Así de fácil y sencillo como diría el presentador de Bricomanía. El Ayuntamiento de Zaragoza talará los árboles y una empresa privada disfrutará de la gestión de lo que se presume pueda ser en el futuro un Port Aventura zaragozano. Y de paso, sospechan los vecinos de la zona, el ladrillo se abrirá paso en unos suelos con dueños poderosos cercanos a Puerto Venecia y el Parque de Atracciones.

El tercer y último ejemplo de esta forma cuanto menos controvertida de gestionar el espacio público es con la reforma del campo de fútbol de la Romareda. La sociedad que gestiona el proceso de construcción del nuevo campo, cuya factura millonaria lleva camino de dispararse por lo que se sabe hasta ahora, está integrada por el equipo de Gobierno municipal del PP, el Gobierno de Aragón y el Real Zaragoza. Es la única sociedad municipal del Consistorio zaragozano sin presencia de la oposición porque así lo han querido PP y VOX. La pregunta parece obvia: qué es lo que temen ambos partidos para marginar a la oposición del órgano que decide sobre la ejecución de la nueva Romareda. La respuesta, quizás, vendrá con la auditoria que realizará el próximo año la Cámara de Cuentas de Aragón sobre el proceso de construcción del campo de fútbol.