A alguien quizá le extrañe, incluso pueda alarmarle, lo sucedido esta semana en el Congreso de los Diputados, con el debate de la trascendental reforma fiscal. Las discrepancias del PSOE con sus socios parlamentarios prolongaron durante horas la negociación, especialmente en lo que se refiere al impuesto a las energéticas. In extremis, tras un alarde de contorsionismo que ya a pocos sorprende, el Ejecutivo de Pedro Sánchez logró salvar una nueva situación que amenazaba seriamente su supervivencia. Sánchez logró atraerse a la mayoría que le apoyó en su investidura, precisamente el día en que Núñez Feijoo llamó a esas mismas fuerzas políticas a apoyar una moción de censura contra Sánchez. Habría que ver la cara que se le quedó al líder del PP.
Encajar todas las piezas de este rompecabezas parlamentario es complejo, es lo que tiene gobernar en minoría y querer sacar adelante leyes que hagan avanzar a la sociedad. Lo contrario es practicar la política del Gobierno de Jorge Azcón, que también gobierna en minoría desde que Vox lo dejó plantado durante el verano.
Desde entonces, Azcón no ha llevado ninguna ley a las Cortes, ni siquiera la del presupuesto. Ahora anuncia que en 2025 habrá presupuesto, pero no se ha comprometido con ninguna fecha concreta de presentación por ejemplo del techo de gasto. Es algo muy preocupante en el segundo año de un Gobierno cuyos motores deberían estar funcionando a toda máquina.
El Gobierno aprobó a finales de febrero su previsión para 2024 de futuras leyes. En total, preveía impulsar 24 leyes y 47 decretos, además de otras órdenes administrativas. El portavoz socialista Darío Villagrasa denunció en el último pleno que de todas esas actuaciones apenas un puñado se han empezado a ejecutar, situó en el 30% el grado de cumplimiento, siendo extraordinariamente generoso, recalcó. Y desde luego, el Gobierno no ha enviado ninguna ley nueva a la Cámara. Cuando se aprobó el plan normativo era febrero. Vox, aunque incómodo, seguía siendo el socio al que se agarraba Azcón. Desde el verano, todo cambió. Empezó un nuevo partido que, a la vista está, ha dejado noqueado al Gobierno.
Presidente Azcón, bienvenido al Gobierno de minoría.