Las dos principales instituciones de Aragón, el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, han iniciado 2019 sin nuevos presupuestos. Y aquí no parece pasar nada.
Pues, pasa que el Gobierno de Aragón no va a poder gastar en nuevos proyectos inversores, sino que tendrá el dinero justo para pagar nóminas de sus empleados, gasto corriente, deuda bancaria e inversiones plurianuales, como es el caso de los hospitales de Teruel y Alcañiz, sin olvidar los perjuicios que esta situación de prórroga presupuestaria ocasiona a los proveedores de la Administración autonómica. Nosotros, los ciudadanos somos las víctimas de esta situación.
Pasa también que en el mejor de los casos, el Gobierno de Aragón no tendrá presupuestos hasta el próximo mes de julio, cuando tome posesión el nuevo gabinete que salga elegido del 26 de mayo. Aprobará el presupuesto de 2019 y a la carrera diseñará las cifras del 2020.
Y pasa, por último, que la izquierda, PSOE y Podemos, se han mostrado incapaces de poner fin a la legislatura con un acuerdo presupuestario que sí fue posible, aunque a martillazos, en los tres ejercicios anteriores.
Se da la circunstancia de que esa falta de unidad de la izquierda llega en el peor momento, cuando es más necesario que nunca construir un bloque progresista que haga frente a la ola de las derechas, que amenaza con desatar un tsunami destructivo sin precedentes.
¿De verdad, que no pasa nada?