Otoño, tiempo de berrea

 

 

Desconozco si todavía estaba abducido por su reciente visita al Parque Nacional de Ordesa acompañando a Felipe VI, pero el presidente aragonés, Javier Lambán, sorprendió el pasado miércoles a sus señorías al anunciar que otoño es tiempo de la berrea de los ciervos y también es tiempo de política y de diálogo sereno en las Cortes.

Echó mano de este curioso símil para reclamar consenso y acuerdo político en la recta final de la legislatura. A Lambán le gusta sorprender en sus intervenciones en las Cortes, y no ha desaprovechado el reciente debate de política general al comparar la situación de Cataluña con la Alemania de Hitler. O al descalificar con vehemencia al popular Luis María Beamonte, al que ha llamado ignorante por desconocer la realidad aragonesa. Incluso ha ridiculizado a Beamonte por exigir medidas contra la despoblación, cuando Tarazona, ciudad de la que él es alcalde, ha perdido habitantes en los últimos años.

El presidente saca pecho

El presidente aragonés llegó crecido al debate. Sacando pecho. Y debió pensar que no le faltaban motivos. Con sólo 18 diputados, la mayoría más exigua que jamás ha tenido un Gobierno en la historia autonómica de Aragón, ha logrado sobrevivir sin apenas rasguños en un hemiciclo fragmentado en siete grupos, lo nunca visto. Ha sorprendido a todos al aprobar tres presupuestos con el apoyo de Podemos. Y ha rizado el rizo de la sorpresa al sacar adelante la polémica reforma del Impuesto de Sucesiones de la mano de Ciudadanos, PP y PAR, marginando a Podemos, su socio hasta entonces.

¿Quién ha ganado el reciente debate de la comunidad? Este tipo de debates los suele ganar el Gobierno porque maneja los datos y lleva la iniciativa. Y en el caso del último debate de la IX Legislatura, no ha habido sorpresas y Lambán ha cumplido la tradición.

¿Nos reserva el presidente aragonés alguna nueva sorpresa con el presupuesto de 2019?