«En Zaragoza, a 30 de diciembre de 1977. Ante mí, David Mainar Pérez, Notario de Zaragoza, comparecen para constituir una Asociación Política al amparo del RD Ley 12/77, Don Isaías Zarazaga Burillo, Don Hipólito Gómez de las Roces y 24 personas más. El nombre elegido es el de Partido Aragonés Regionalista».
Han pasado casi 46 años desde la firma del acta fundacional del PAR. Es imposible narrar los años transcurridos desde las primeras elecciones autonómicas de 1983 sin tener muy presente en la memoria a un partido que ha llegado a acumular todo el poder político posible. No existe otra fuerza política en la comunidad que le iguale. En sólo tres ocasiones ha pasado a la oposición, mientras que ha formado parte de ocho gobiernos.
El poder territorial del PAR ha sido inmenso. La lista de cargos públicos es interminable. Más de 800 alcaldes y concejales, diputados autonómicos y provinciales, consejeros comarcales, representantes en el Parlamento Europeo y en el Congreso y Senado, una treintena de sedes distribuidas en cada rincón de la comunidad autónoma…
Aragonesistas ilustres
Nombres de ilustres aragonesistas como Juan Antonio Bolea, Hipólito Gómez de las Roces, José María Mur, Emilio Eiroa, José Ángel Biel o Arturo Aliaga han protagonizado la vida política aragonesa y han dirigido las riendas de un partido que durante décadas ha tocado el cielo con los dedos y que, tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado domingo, ha descendido al infierno, atravesando sus horas más bajas con un solo diputado en las Cortes y apenas 13.476 votos. Pese a sus pésimos resultados, es decisivo en comarcas y municipios de la provincia Teruel, especialmente en la diputación provincial y está decidido a concurrir a las elecciones generales de julio en coalición, quién sabe si con el PP.
El domingo, el PAR estuvo al borde de la desaparición en las Cortes. Hubiera sido la puntilla, un golpe demasiado fuerte para una formación política que se estrenó en las elecciones autonómicas de 1983 logrando 123.494 votos, el 20,46% de los sufragios y 13 diputados. No gobernó, sin embargo, en la primera legislatura.
De los 26 fundadores del PAR, más de la mitad ha fallecido y ninguno sigue en política activa. La semilla del PAR fue la Candidatura Aragonesa Independiente de Centro (CAIC), que en las elecciones del 15 de junio de 1977 obtuvo un diputado y un senador. Un grupo de ciudadanos de centro se unió para defender el aragonesismo integrador del PAR, alejado de tentaciones separatistas.
Pujol y Tarradellas
El espejo en el que se miraban aquellos primeros aragonesistas era la entonces dialogante y reivindicativa con Madrid Convergencia i Unió de Josep Tarradellas y de Jordi Pujol.
El tiempo político para el PAR se abrió definitivamente en 1987 con el liderazgo de Hipólito Gómez de las Roces. En ese instante, alcanzó su techo electoral: 179.732 votos, el 28,23% de los sufragios y 19 diputados. En la segunda legislatura, gobernó De las Roces, un asturiano hijo de guardia civil que supo liderar a la sociedad aragonesa en los primeros años de la autonomía.
Cuenta José María Mur en el libro Hipólito Gómez de las Roces. Aragonés por elección una anécdota que protagonizó De las Roces durante un acto electoral del PAR en Cariñena y que refleja perfectamente su carácter peculiar. Uno de los asistentes le reprochó que no fuera aragonés. De las Roces le respondió: «Lo tuyo no tiene mérito. Eres aragonés porque naciste aquí y no pudiste elegir. Yo sí que pude elegir. Elegí ser aragonés de adopción, de acción, de familia, de profesión y de sentimientos». Un gran aplauso cerró aquel acto.
De las Roces, de personalidad fuerte y profundamente aragonesista, que convirtió la autonomía plena y la lucha contra el trasvase del Ebro en dos de sus principales banderas reivindicativas, gobernó en solitario los dos primeros años de la segunda legislatura hasta que las dificultades en sacar las leyes con solo 19 de los 67 parlamentarios le abocaron, muy a su pesar, a admitir al PP en la mesa del Consejo de Gobierno. Con De las Roces en el poder, el PAR alcanzó la cúspide.
Gomarcazo
Desde entonces se inició su declive, especialmente a partir de septiembre de 1993, a raíz del llamado Gomarcazo, una moción de censura del socialista José Marco que fue apoyada por el diputado tránsfuga del PP, Emilio Gomáriz, que desalojó del Pignatelli al aragonesista Emilio Eiroa, que había conseguido mucho protagonismo gracias a su liderazgo en la manifestación multitudinaria en contra del trasvase del Ebro el 23 de abril de 1993.
Todo cambió tras la moción de censura. Pese a ser la víctima de la misma, el PAR fue perdiendo respaldo ciudadano, si bien siguió teniendo en sus manos la llave del Pignatelli. Se convirtió en un partido bisagra. El clavico del abanico, como lo definió Biel. Alcanzó pactos con el PSOE de Marcelino Iglesias y con la derecha de Luisa Fernanda Rudi, que le mantuvieron en el poder. Es indudable que el poder desgasta y que al PAR le han pasado factura tantos años en el Gobierno.
Pero también ha contribuido a su pérdida de apoyo ciudadano algunas alianzas electorales y pactos de gobierno que no ha comprendido el electorado. Sin olvidar el cambio de la sociedad, la fragmentación del voto en un mínimo de ocho partidos y la crisis del aragonesismo. Un dato concluyente: en las elecciones autonómicas y municipales, los partidos aragonesistas han logrado apenas 47.000 votos y cuatro diputados, un tercio de los sufragios del PAR en 1983.
Artículo publicado en El Periódico de Aragón