Se cumplen casi cuatro semanas de confinamiento. Durante estos días, la tecnología se ha convertido en mi gran aliada. La posibilidad de teletrabajar, de estar conectada con mis compañeros, amigos y familiares me ha ayudado a sobrellevar esta situación.
El momento más especial del día, por lo que representa, llega al atardecer, cuando, como miles de ciudadanos en todas los rincones de este país, salgo al balcón, con mi familia para fundirnos en aplausos con nuestros vecinos. Con este gesto manifestamos nuestra gratitud por su trabajo a todos esos profesionales esenciales que están combatiendo por nosotros en primera línea. Confieso que no puedo evitar acordarme de mis compañeros de los Servicios Sociales que, como siempre, están dando lo mejor de sí mismos para atender y cuidar a las personas más vulnerables. Pero esos aplausos nos sirven también para felicitarnos y animarnos, de balcón a balcón, conscientes de que en unas horas despediremos el día y que un día más es un día menos. Unos minutos en los que gratitud y coraje se unen en un mismo gesto.
Estamos ante una situación muy difícil, de gran complejidad, sin precedentes, que ha puesto de manifiesto que somos vulnerables, que nos necesitamos y que debemos “remar todos a una” y en eso es en lo que ahora nos debemos emplear, en continuar desde la responsabilidad con este esfuerzo colectivo que empieza a dar sus frutos.
Mucho ánimo, estoy segura de que este virus lo vamos a parar, porque estamos todos unidos!!