El proceso de elaboración de las listas autonómicas y municipales suele tensionar al máximo la vida interna de los partidos. La pugna por hacerse hueco en una lista y, lo que es una proeza, por conseguir un puesto considerado seguro, es encarnizada. Afloran los nervios y se suceden los codazos al compañero. Hay mucho en juego y garantizarse una seguridad laboral de cuatro años vale su peso en oro.
Pero estar o no en este selecto grupo no depende exclusivamente de la valía profesional, sino que está estrechamente ligado a los apoyos internos o al padrino que se tenga. Un ejemplo lo pudimos ver hace cuatro años cuando la ahora ministra de Educación, Pilar Alegría, optó a la alcaldía de Zaragoza en compañía de compañeros de candidatura que le había impuesto Javier Lambán. Alegría, en minoría en Aragón, se revolvió y pidió auxilio a su principal mentor, Pedro Sánchez, quien modificó la lista al gusto de su protegida. Alegría se marchó a Madrid más tarde y, cuatro años después, los suyos se han caído de la candidatura liderada por Lola Ranera.
Esta semana hemos conocido los candidatos socialistas al Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Inusualmente, el proceso en el PSOE ha levantado menos polvareda que en ocasiones anteriores. Sorprende ver en la lista municipal a Chema Giral, jefe de gabinete de Lambán, que abandona la estela del líder socialista después de dos legislaturas en el Pignatelli. Igual de impactante es el fichaje como número dos de la lista municipal de Francisco Galán, procedente de la Fundación Rey Ardid, y de Eva Cerdán, presidenta de Interpeñas. Regresa a la vida municipal Marta Aparicio, actualmente directora general de Patrimonio y afín a Carlos Pérez Anadón, quien vuelve a exhibir su habitual fortaleza en el PSOE zaragozano al situar a varios de sus seguidores en la lista municipal y asegurarse un puesto de salida en la autonómica.
La candidatura a las Cortes que encabeza Lambán mantiene la columna vertebral del actual grupo parlamentario. Sobresale el guiño al voto obrero con el fichaje del líder de UGT, Daniel Alastuey, que volverá a las Cortes, y la incorporación de la exconcejal zaragozana, Carmen Dueso, alejada de la política desde que hace cuatro años cayó derrotada en las primarias frente a Lambán. En Teruel, Mayte Pérez se mantiene en lo alto, por delante del alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, un valor socialista que cotiza al alza. Marcel Iglesias, alcalde de Bonansa, presidente de la comarca de Ribagorza e hijo del expresidente de Aragón, sigue los pasos de su padre y se asegura un puesto de salida en la lista autonómica por Huesca que lidera Fernando Sabés, mano derecha del todopoderoso presidente de la Diputación de Huesca, Miquel Gracia. ¿Asistimos al rearme del PSOE de Huesca ante la previsible llegada de la era posLambán?