Javier Lambán reconocía hace escasos días que en el arranque de la legislatura “nadie daba ni un euro” por la alianza de Gobierno entre PSOE, PAR, CHA y Podemos en Aragón, pero lo cierto es que este cuatripartito ha llegado vivo a la recta final de la legislatura y haciendo una envidiable exhibición de fortaleza. La fotografía reciente en la que responsables de los cuatro partidos que gobiernan la Comunidad presentaban conjuntamente los presupuestos para 2023 es muy ilustrativa de este momento de cohesión por el que atraviesa este cuatripartito inédito hasta ahora en Aragón. Incluso, los líderes de las cuatro formaciones políticas, según han puesto de manifiesto, mantienen sus intenciones de repetir experiencia en el Gobierno de Aragón si los números lo permiten tras las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo.
El último sondeo autonómico del CIS vendría a confirmar que Lambán está en condiciones de conseguir su tercer mandato consecutivo, siempre que el lodo que llega de Madrid no enfangue sus optimistas expectativas. En el PSOE aragonés, no se acaba de asimilar por qué Pedro Sánchez ha abierto ahora, y no antes, a lo largo del pasado verano por ejemplo, el melón de polémicas como la reforma del delito de sedición. Hay temor a que esta cuestión u otras que procedan de Moncloa puedan acabar afectando al resultado de las autonómicas y municipales de mayo.
El PP no está dispuesto a dejar pasar ni una y va a forzar a Lambán a mojarse en las Cortes sobre asuntos de política nacional con el fin de erosionarlo. Lo ha hecho por ejemplo forzando una votación de repulsa a la polémica ley del sólo si es sí y a la reforma del delito de sedición. Dos cuestiones que Lambán ha logrado torear sin mayor desgaste aparente con el argumento de que ha demostrado en más de una ocasión que no tiene problemas de expresar su rechazo público a esas iniciativas aprobadas por el Gobierno de Sánchez y que su voto negativo no va a alimentar la estrategia de desgaste del PP.
Soledad de Azcón
En cualquier caso, las intenciones de los actuales socios del Gobierno de Aragón de repetir experiencia en la próxima legislatura acentúan la soledad del PP de Jorge Azcón, que solo podría pactar con VOX una hipotética investidura. Respecto a Ciudadanos, los sondeos apuntan hacia su casi desaparición.
Las cuatro formaciones políticas volvieron a evidenciar ayer su cohesión en las Cortes con la aprobación definitiva de su cuarto presupuesto de la legislatura. Cuatro de cuatro. La votación logró el voto de los socios y el rechazo de la oposición, PP, VOX, Ciudadanos y, sorprendentemente, IU. Álvaro Sanz, portavoz de IU, justificó su voto en contra: “No han tenido en cuenta ninguna de nuestras enmiendas. Este presupuesto se ha caracterizado por la falta de voluntad clara para el pacto en un momento clave”. La popular Carmen Susín reprochó al cuatripartito sus “promesas vacías, su soberbia y sus hipotecas futuras”.
El presupuesto de 2023, que por cuarto año consecutivo entrará en vigor el próximo 1 enero, es el más elevado de la historia. Asciende a 8.250 millones de euros y un 10,8 % más que este ejercicio. Durante la tramitación parlamentaria de las cuentas, el cuatripartito ha aplicado un rodillo implacable y sólo ha admitido 67 de las 1.008 enmiendas que los partidos presentando el proyecto de ley. La mayoría de las modificaciones son técnicas y han sido presentadas por los partidos de Gobierno. El PP ha sido el grupo parlamentario que más enmiendas ha presentado, con 362, seguido de Vox, con 233 enmiendas, aunque ninguna de ellas se ha incluido en las cuentas del próximo año. Ciudadanos ya anunció el miércoles su voto en contra de los presupuestos porque “no ha habido interés” del Gobierno en negociarlos, denunció el líder del partido naranja, Daniel Pérez Calvo.
Artículo publicado en el Diario.es Aragón