He vuelto a casa, a Huesca, estos días por Navidad, aunque nunca ando lejos. Una tierra que siempre elijo para recibir a otro año nuevo, también para curarme de las tristezas y penas con las que tropezamos en el camino.  Mis padres me regalaron una sonrisa cuando llegué y ese abrazo que reconforta el alma y con el que te recuerdan que los tuyos, que tus raíces, es el mejor refugio para dormir los desvelos. Y yo, esta vez, venía desvelada. En casa me escuchan y escucho, reflexionan y medito, opinamos en voz alta y remamos juntos cuando sorteamos los ríos caudalosos de problemas. Casi siempre llegamos a la orilla dejando que a las turbulencias les arrastre la corriente.

A menudo, los políticos utilizan el hogar para explicarnos que gobernar y gestionar es bien parecido a afrontar las cuentas de casa. Pero sólo hablan de números. No es baladí, aunque gestionar bien no significa que todo esté resuelto. Hay que explicar a los hijos aquellas medidas que no gustan e intentar convencerles. Los padres, en infinitas ocasiones, tienen que escuchar sus reproches, unas veces injustos, otras no. Es quizás la cara menos amable pero tan necesaria como mantener las cuentas saneadas para que en casa la armonía sea la reina.

No hay armonía estos días en la mayoría de las casas de los políticos. Hace días que han sincronizado el reloj que marca los nervios en la cuenta atrás para las elecciones y quedan todavía 5 meses

Y no hay armonía estos días en la mayoría de las casas de los políticos. Hace días que han sincronizado el reloj que marca los nervios en la cuenta atrás para las elecciones y quedan todavía cinco meses. Deberían detenerlo, aparcar la histeria y los miedos y controlarse. Es tiempo de escuchar, de reflexionar, de aceptar las críticas y remar juntos para convertirlas en solución y futuro. De no ver enemigos, sino aliados. De que conteste la concordia, de que regrese la buena educación. De luchar por los de casa y olvidarse de otras pugnas innecesarias con las que sólo podemos perder.

En Aragón, las polémicas, los dimes y diretes de los principales partidos, las ruedas de prensa diarias para atacar y defenderse atacando, echan leña al fuego de un tiempo en el que arden las consignas de cuanto más alta y contundente la ofensa mejor. El PP imita y acata las órdenes de Madrid, eleva el tono y roza la falsedad para desacreditar al que quiere arrebatar el bastón de mando. Han encontrado en el pliego del transporte sanitario el talón de Aquiles del Gobierno de Lambán. La consejera Sira Repollés asegura que todas las incidencias denunciadas, casi diariamente, por la oposición no existen.  Que la sanidad no pasa por su mejor momento es un hecho. La pandemia ha debilitado su salud. Puestas en marcha recetas para reducir las listas de espera que, aunque a paso lento, están dando resultados. Otra cosa es la atención primaria, en las ciudades, sobre todo en nuestros pueblos. Especialmente, en un mundo rural donde vive la edad, los achaques de la primera atención médica son inasumibles si no queremos dar más razones a la despoblación para que siga campando a sus anchas.

Me pregunto si los socios del cuatripartito recibirán el mismo reconocimiento para bien y para mal que el cabeza de la alianza en las urnas. Debería ser así. Sería injusto olvidarse del resto de un equipo que ha hecho los mismos esfuerzos por dirimir diferencias y aunar voluntades por el bien común.

En Aragón, somos pocos, pero a mí me gusta pensar que estamos bien avenidos. Se han hecho muchas cosas en esta legislatura, aunque la realidad se impone, las crisis acechan y siempre quedan retos que afrontar. El cuatripartito fue un reto cuando arrancó, pocos daban un euro por él y va a finiquitar una legislatura en la que juntos han logrado llegar a la orilla, desembarcar una pandemia, una guerra, una inflación y seguir vivos, que no es poco. Me pregunto si los socios del gobierno recibirán el mismo reconocimiento para bien y para mal que el cabeza de la alianza en las urnas. Debería ser así. Sería injusto olvidarse del resto de un equipo que ha hecho los mismos esfuerzos por dirimir diferencias y aunar voluntades por el bien común.

En Teruel, el gobierno de Lambán, ha traído empresas, promete otras, sobre todo, en Andorra y alrededores. Empieza a coserse el gran roto provocado por el cierre del carbón. A los dos hospitales, el de la capital y el de Alcañiz, esta vez sí, parece que no va a haber quien los pare. Pero se nos fue la agencia espacial y a las ayudas al funcionamiento de empresas les falta un mundo para cumplir su misión. Es cierto que ninguna de estas cuestiones dependía de Aragón, pero habría que haber sido más aguerridos e inteligentes para lograr algo más. Al fin y al cabo, las siglas de los gobiernos central y autonómico coinciden. El enfrentamiento continuo no ayuda.

Se nos fue la agencia espacial y a las ayudas al funcionamiento de empresas les falta un mundo para cumplir su misión. Es cierto que ninguna de estas cuestiones dependía de Aragón, pero habría que haber sido más aguerridos e inteligentes para lograr algo más

Lambán tiene otro reto por delante. Teruel existe y su filial aragonesa, Aragón Existe. Entra otro actor en escena en una película que puede tenerlos como protagonistas en mayo. Quizás se queden en secundarios. Lo ignoro, pero tienen que estar preparados para su éxito. Es sólo el primer paso de un camino que tiene su cima en las elecciones generales. Porque ése es su plan y pasa por remar juntos con el resto de la España Vaciada. Tienen preparadas las candidaturas para presentarse representando a 14 provincias. Jaén, Aragón y las dos Castillas es su campo de ensayo. Tengo claro que en la tierra en la que nació esta rebelión habrá noticia. Desconozco si en el resto de provincias lograrán resultados. Pero su plan es tener una sola voz que defienda sus pueblos y aspiran a que esa voz sea más influyente que la de vascos y catalanes. Es ambicioso, quizás utópico. Pero nadie pensaba años atrás que Teruel Existe estaría en el Congreso. 13 escaños lograba Esquerra Republicana en las últimas elecciones, 6 el PNV. Hay cargos electos en juego suficientes para poner en aprietos a los partidos tradicionales. Los comicios municipales y autonómicos serán una prueba piloto. Defienden el mundo rural, las ciudades más pequeñas y deshabitadas. Lejos de los clichés políticos, aúnan las conciencias de los que se sienten olvidados. Será interesante comprobar si convencen en las urnas. Parece obvio que restan más votos a la izquierda que a la derecha. Por eso, el PSOE está más nervioso con ellos que el PP. Las renovables y el rechazo en muchos pueblos de la España Vaciada que vive una avalancha de proyectos, en el punto de mira.

Sea como fuere y a pesar de lo que está en juego, insisto, es tiempo de aparcar los nervios, escuchar y reflexionar.  Sentir el abrazo de los de casa para eludir los desvelos y que gane la concordia.

Por Conrad Blásquiz

Me llamo Conrad Blásquiz Herrero, soy periodista, consultor en comunicación y un apasionado de la información política. Soy autor del libro “Aragón, de la ilusión a la decepción ¿la Autonomía en crisis? “. Durante más de 15 años, he recorrido diariamente los pasillos del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, escribiendo sobre la actualidad parlamentaria de la Comunidad Autónoma para las páginas de El Periódico de Aragón.