Nadie esperaba algo así. Entender lo que pasa es una labor que me ocupa para caminar con pasos firmes hacia certezas y soluciones. Nuestro trabajo colectivo es permanente en el Grupo Parlamentario de Podemos Equo de las Cortes de Aragón y también con el Gobierno. El teletrabajo en nuestro caso es fértil y útil, en gran medida ya lo practicábamos. También saco tiempo para ejercer mi derecho a pensar y los libros me ayudan mucho. Leo todo lo que puedo. Me informo a través de la radio y los medios digitales. Vivimos sin tele hace más de 20 años. Soy activo en las redes sociales, donde informo y comparto mensajes positivos y también hago frente a fake news, fabulaciones y desconciertos.
Hoy la política es más importante que nunca, para convertir esta amalgama plural de irritaciones y tragedias en propuestas y proyectos concretos que traigan soluciones y caminen hacia una sociedad más equitativa. El futuro es más difícil de conocer que nunca. Yo lo afronto con serenidad y optimismo. Tengo esperanza en la cooperación, la defensa de los bienes comunes y el sentido colectivo hacia una nueva gobernanza. Esta crisis del coronavirus nos muestra que somos interdependientes y que debemos cultivar el apoyo mutuo, la solidaridad, la sanidad pública y la agroecología, entre otras.
La indiferencia y la codicia no es posible. ¡Ya vale de privatizar beneficios y socializar las pérdidas! La época de corrupción, recortes, privatizaciones y paraísos fiscales debe dar paso a una sociedad mejor, con una democracia más inteligente, horizontal y equitativa, en la que juntos seamos capaces de resolver nuestros retos colectivos y solucionar los problemas que llenan el mundo de desigualdades.
Amanezco temprano, junto a mis chicas, en la casa de ladrillos que hizo mi yayo Félix hace más de 40 años en Nuez de Ebro. En estos 65 metros cuadrados tenemos todo lo que necesitamos y, además, árboles, gallinas y huerta. Cada día mi principal dedicación es cuidar y ayudar. Mi teléfono y redes sociales arden de llamadas y mensajes, desde las que trato de solucionar problemas concretos (afectivos, materiales, demandas y reivindicaciones muy variadas): necesidades básicas, alimentación, sanitarias, educativas, violencias machistas, soledad no deseada, trabajadores despedidos, personas precarias, autónomos, pymes… Van desde lo más cercano (familia, amigos y vecinos del pueblo), a cualquier otro lugar (estoy conectado con personas por todo Aragón, otras Comunidades Autónomas, Suiza, Líbano, Chile o Argentina).
Lola tiene 5 años, así que nuestra vida está llena de juegos e historias: cuentos, dibujos, bailes, disfraces, estudiamos francés con Astérix, vemos vídeos de Xcar Malavida, Titiriteros de Binéfar o Lu de Lurdes. Nos sentimos bien en casa y llevamos lo mejor posible el confinamiento estricto con las tareas caseras, cocinar, cuidar a las gallinas y la huerta, hacer ejercicio a diario e incluso algún apaño pendiente. ¡Ya queda menos, mucho ánimo, pronto nos abrazaremos al aire libre y seguiremos luchando por un mundo mejor!