(Artículo publicado en elDiario.esAragón)
Ciudadanos tiene el corazón partido en dos mitades en Aragón. En las Cortes, pese a estar en la oposición, disfruta de una plácida luna de miel con el presidente aragonés, el socialista Javier Lambán, que le ha llevado incluso a apoyar el presupuesto de 2021. En el Ayuntamiento de Zaragoza, sin embargo, sufre el desaire constante por parte de su socio de gobierno del PP y especialmente del alcalde Jorge Azcón, que le anula cualquier posibilidad de protagonismo e incluso acepta que Vox imponga recortes con sus enmiendas a proyectos emblemáticos del partido de Inés Arrimadas. Es la cara y la cruz del partido naranja, que en las últimas horas ha cerrado filas con la líder nacional y se ha conjurado para hacer lo posible por evitar que se extienda a Aragón la ola de “polarización que recorre España”.
Hace dos años, Albert Rivera impidió que su partido alcanzara un pacto de coalición con el PSOE en el Gobierno de Aragón. Los números permitían una mayoría absoluta holgada entre ambos partidos, pero el entonces líder de los naranjas condenó a sus doce diputados a la oposición junto a los 16 populares y los tres de Vox. La foto de la Plaza de Colón se visualizó en la oposición de las Cortes de Aragón porque así lo quiso Rivera.
El liderazgo de Arrimadas supuso el inicio de una nueva etapa de diálogo y de relaciones cordiales con los socialistas aragoneses. Javier Lambán, que no ha ocultado nunca sus deseos de haber pactado con el partido naranja, y el líder regional de Ciudadanos, Daniel Pérez, se han elogiado mutuamente en público en numerosas ocasiones desde la tribuna de las Cortes escenificando una luna de miel que se ha concretado con el apoyo naranja al presupuesto de Aragón para 2021. Los doce síes de Ciudadanos se sumaron a los 36 de PSOE, PAR, CHA, Podemos e Izquierda Unida dando lugar a una foto histórica. Nunca antes en Aragón un partido de la oposición había apoyado el presupuesto del Gobierno. Ciudadanos justificó su voto por razones de responsabilidad ante la complicada situación ocasionada por el Covid.
Arrimadas, recibida con todos los honores en Zaragoza
En una visita reciente a Zaragoza, Arrimadas fue recibida con todos los honores por el Gobierno de Aragón, las Cortes de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, institución esta última donde gobierna en coalición con el PP y con el apoyo externo de Vox. Un pacto de gobierno municipal que, a juzgar por las últimas declaraciones del líder del partido en Aragón, no se va a romper. No obstante, Ciudadanos es consciente de que no le va tan bien como preveía ocupando la Vicealcaldía de la capital aragonesa y otras áreas de poder.
Los problemas de visibilidad y de proyección pública de la vicealcaldesa, Sara Fernández, antigua militante del PAR, son evidentes. La sombra de Azcón, considerado como un animal político que conoce el Ayuntamiento de Zaragoza como si fuera su casa, está siendo muy alargada para los naranjas, mucho más inexpertos en la gestión política. La figura de Azcón monopoliza la acción de Gobierno haciendo que pase desapercibida la gestión del partido naranja, a pesar de ostentar la Vicealcaldía, el área de Cultura, Igualdad, Economía y la cartera estrella, Urbanismo. Raro es el acto público que no presida un muy crecido Azcón, quien también ha impuesto la moda de cerrar con su intervención los plenos municipales. “Es un acaparador de fotos”, lo definen algunas fuentes. La vicealcaldesa apenas ha podido “lucirse” en un pleno y fue porque Azcón estaba confinado por el Covid.
Situación incómoda por el presupuesto
La situación del partido naranja en el Gobierno de la ciudad se ha vuelto todavía más incómoda en los últimos días al comprobar cómo proyectos suyos, relacionados con la reforma de la plaza de San Francisco, la reconversión de la lonja en el Museo Goya y la igualdad, sufrían serios recortes por las enmiendas de Vox y el visto bueno del propio Azcón, que aceptó incluirlas en el presupuesto para conseguir el imprescindible apoyo de los dos concejales ultraderechistas, Carmen Rouco y Julio Calvo. Este último fue militante del PP y, según algunas fuentes, mantiene una relación muy cordial con Azcón.
Todas las fuentes consultadas han mostrado su extrañeza por el hecho de que el desaire sufrido con el presupuesto no haya propiciado un cambio de estrategia en Ciudadanos, a pesar de tener la llave de la gobernabilidad en el Ayuntamiento de Zaragoza. Puede seguir gobernando con el PP o dar un vuelco y pactar con los socialistas.