Son dos mujeres opuestas. Dos políticas diferentes que gozan de poder y popularidad en estos momentos. Porque ya sabemos que la fama y el éxito son dos conceptos efímeros pero que cuando brillan calientan y devoran las noticias.

Dos mujeres jóvenes que se comen el mundo cada una a su manera. Yolanda Díaz Pérez es una gallega que llegó a la Moncloa desde las mareas del noroeste y en la que se fijó Pablo Iglesias para sucederle. Esta mujer de cincuenta años está casada con un delineante y tiene una hija pequeña, Carmela, a la que puso el nombre en recuerdo de su madre, fallecida hace unos años. Abogada y vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo. Esto último fue irrenunciable al aceptar la propuesta de la vicepresidencia. Es hija de padres sindicalistas y esa herencia, además de su militancia en el Partido Comunista, la lleva en la sangre. Su padre, Suso Díaz, militó en el PSG y fue secretario general de Comisiones Obreras en Galicia. De formas suaves y buena negociadora se camela tanto a los sindicatos como a la patronal, aunque sea en el último momento. Dice que echa de menos el mar y a su familia. Nació en Fene (A Coruña), y en ese ambiente atlántico de la Costa de la Muerte es donde respira libre cuando se puede escapar de sus responsabilidades políticas.

Se ha medido con Nadia Calviño por la gestión de la reforma laboral y ha ganado la partida con la habilidad y agudeza que la caracterizan. Cuando estalló la crisis reclamó que Pedro Sánchez liderase las negociaciones para derogar la ley de Rajoy. Se acabó el problema. Incluso es capaz de saltarse el protocolo y acariciar la mejilla del presidente en la reciente cumbre portuguesa. Gusta hasta a las pijas de la derecha, como a la televisiva Carmen Lomana: «Parece una chica del PP, no va de perroflauta». Y afirma que tiene un glamour inteligente.

Isabel Díaz Ayuso, 43 años, flamante presidenta de la Comunidad de Madrid, arrasó en las elecciones y se lanzó a liderar el PP y soñar que podría llegar a gobernar España. Se crió en el castizo barrio de Chamberí, y de ahí le debe venir su aire de chulapa madrileña, del que hace gala en cuanto un micrófono se le pone delante. Sus padres se dedicaban al comercio de productos médicos y ortopédicos. Es licenciada en Periodismo por la Complutense, avezada tuitera y experta en redes sociales. Asesoró a Esperanza Aguirre y a Cifuentes. Su madre, Mabel, a la que adora y admira, es su mejor apoyo en la vida. Está separada y ha tenido varias relaciones. Es una chica lista que ha logrado dar la vuelta a la pandemia y sacar rédito saltándose las prohibiciones sanitarias del covid en su comunidad. Es la reina de la hostelería y del turismo barato en la capital. A ella no le gustan los gimnasios, le gustan las tabernas, según confiesa. No es mala opción. Milagrosamente se estilizó tras salir victoriosa en la comunidad. Su osadía le llega hasta anunciar que derogará la ley del aborto cuando llegue al poder. Cada vez que hace declaraciones logra un titular.

Margarita Barbáchano, escritora y periodista

Artículo publicado en El Periódico de Aragón

Por Conrad Blásquiz

Me llamo Conrad Blásquiz Herrero, soy periodista, consultor en comunicación y un apasionado de la información política. Soy autor del libro “Aragón, de la ilusión a la decepción ¿la Autonomía en crisis? “. Durante más de 15 años, he recorrido diariamente los pasillos del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, escribiendo sobre la actualidad parlamentaria de la Comunidad Autónoma para las páginas de El Periódico de Aragón.