Los partidos están casi en la línea de parrilla de una carrera que culminará el 28 de mayo. Aunque ya hace días que la campaña electoral ha empezado. En Teruel, con un clásico, porque hace más de un mes que la ciudad está patas arriba. Invadida por esas obras que los políticos se empeñan en mostrarnos justo antes de la cita con las urnas. No hay modo de aparcar ni de circular sin sortear conos y vallas. Un fastidio y casi la convicción de que estos gestos sirven de poco para hacerse con más votos.

La mayoría de partidos está también de obras. Conformando los cimientos de sus listas. El único en el ayuntamiento turolense que las ha acabado es el PSOE que ya tiene completado su equipo. La primera novedad, su líder, Rosa López Juderías. Novata en la política, veterana en la gestión de la Fundación Amantes, su gran aval, de la que ya se ha jubilado. Toda la vida dedicada a la cultura y a la dinamización de los pueblos, aúna experiencia en administración, renueva ilusión y allá donde ha estado su firma innova, echa mano del ingenio y a la cultura le concede un lugar privilegiado. A Rosa López, le acompaña un independiente, la otra novedad, el hasta ahora vicepresidente de CEPYME, José Antonio Guillén. Ha sido el portavoz de las polémicas ayudas al funcionamiento de empresas reclamadas por los empresarios despoblados. Ésas por las que sólo el Gobierno central concedió una paupérrima rebaja fiscal de poco más de 17 euros al mes de ahorro en los costes de la seguridad social. Tibio en su defensa. No se cansó de decir que eran insuficientes y que pelearían por mejorar las bonificaciones, pero se mostró pusilánime a la hora de ponerse delante del Gobierno y del poder y decirles que la tomadura de pelo rozaba el ridículo. En cualquier caso, caras nuevas y aunque hay nombres conocidos en el resto de la lista, como el actual subdelegado del Gobierno, el ex director general de deportes y el diputado provincial de Cultura, la renovación en las filas socialistas es un hecho.

El punto fuerte es la candidata a alcaldesa, Rosa López. Muy conocida en la capital, trabajadora incansable, con buenas credenciales para que le vote el mundo de la cultura. Su talón de Aquiles, en mi opinión, es Lambán y aunque el presidente de Aragón juegue en otra liga, la autonómica, la simbiosis que los ciudadanos puedan hacer no le favorece. El Gobierno aragonés ha sido uno de los más fructíferos para Teruel. Hace unos días volvía a anunciar otra empresa en la capital, junto al aeropuerto, la gran fábrica de empleo y sueños estratosféricos que se ha hecho enorme bajo la Administración de Lambán. Pero aquí no olvidan los desaires pasados fruto de su nada disimulada animadversión hacia Teruel Existe.

Un Teruel Existe que se estrena en las municipales y autonómicas. Su irrupción trastoca las quinielas y vaticinios del mejor analista político. Porque estamos ante una cita electoral, en el caso de Teruel, la más incierta desde que ejerzo el periodismo y de eso hace casi 25 años. Gané apuestas en las últimas generales a quienes se negaban a reconocer que Teruel Existe podía dar el “teruelazo” como así fue. Había mucha decepción y mucho hartazgo del ninguneo de Madrid con esta tierra y derechas e izquierdas olvidaron sus ideologías para votar por Teruel y por un movimiento ciudadano que había luchado dos décadas de forma incansable, convertido en emblema de los despoblados. Pero en esta ocasión ignoro lo que sucederá. Desconozco si Teruel Existe llega desgastado de Madrid. Han conseguido numerosos trámites e impactos ambientales para empezar las infraestructuras pendientes, pero son logros que no se ven, no se tocan ni se disfrutan. Por ahora, sus obras siguen. Sin lista presentada, su candidato, Enrique Marín, es un histórico del movimiento ciudadano. De 63 años es médico en una mutua de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Muy popular en la capital. Miembro de una asociación cultural, socio fundador de una peña de la Vaquilla, el Puchero y de los promotores de interpeñas. Como su  presidente consiguió mejorar la fiesta mediando en los conflictos. Atleta, ha corrido 37 maratones. Se presenta bajo el paraguas de una marca potente, Teruel Existe. Una marca que tira de orgullo, barre para casa y apela a la reivindicación. Eso gusta. No se mueve por ideología. Su lema se resume en lograr lo mejor para Teruel. Le auguro éxito, aunque no sé si será suficiente porque el resto de partidos está al acecho y en “petit comité“ suelen desprestigiarlos sabedores de que Teruel Existe es un duro rival.

Rival también para el PP que ya vio, para su sorpresa, cómo los que existen les arrebataban la victoria en las elecciones generales. Nada se mueve en este partido. Les va bien así, repitiendo con Emma Buj, la actual alcaldesa. Juega con ventaja porque Teruel sigue siendo una ciudad conservadora, sobre todo, entre la gente entrada en años que aquí es mayoría. Presume de tener saneadas las cuentas del Ayuntamiento. Podía haber ayudado más a los que estuvieron con el agua al cuello por la pandemia. Poco ha pagado en esta legislatura en la que el Gobierno de Aragón y el FITE han sido sus mecenas. El conservatorio ha sido la obra más importante, facturada a cuenta del Fondo de Teruel, 10 millones. De la necesaria piscina climatizada, su estrella en el programa pasado, no hay nada. Abandonos de la empresa, juzgados…No importa cómo se llame la odisea, la estrella brilla por su ausencia. En pelea constante con el gobierno de Lambán, apura hasta el final los accesos al nuevo hospital. Para los suyos, Buj es un valor seguro. Se libró de la polémica y de la negligencia por la caída del símbolo, el querido torico, sin despeinarse. Es una mujer con las cosas claras, autoridad y mano derecha para manejarse en turbulencias y salir ilesa. Pero está sola con el único apoyo de VOX en caso de que se necesiten alianzas. Estoy convencida que así será. La escisión del PAR, Aragoneses, se integra en sus listas aunque no creo que con esta maniobra ganen muchos votos. Y los que se han quedado en el partido aragonesista tienen claro que entre las izquierdas se sienten a gusto. Es probable que Emma Buj gane. Veremos si después gobierna.

VOX y el único candidato que se presenta al Ayuntamiento de Teruel y al Gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco, la ultraderecha, le tenderá puentes, seguro, pero ir de su brazo, visto los despropósitos de la coalición en Castilla y León, no augura nada bueno. Desconozco si Nolasco se presenta a todo porque les cuesta encontrar candidatos o porque reunir el poder en una persona está en el ADN del partido. En cualquier caso, apelo a que no sean decisivos.

 El PAR está recomponiéndose de sus heridas. Muchas veces los he dado por muertos, pero siguen vivos y son hábiles para abrir la llave de las instituciones rentabilizando, mejor que nadie, sus votos, cada vez más escasos. Su candidata, Eva Fortea. Actual directora general de Comercio. Mujer fuerte, trabajadora, delega sin abandonar la supervisión. Su pero, es su escasa popularidad en la capital y carga con la marcha del ex líder del PAR, en rebelión con Aragoneses, Julio Esteban.

Izquierda Unida, Ganar Teruel, Chunta y Espacio Municipalista diseñan alianzas. Harían bien en concurrir bajo un mismo nombre y hacer más eficaz los votos que reciban. Aglutinan la otra izquierda. Tanta polarización confunde.

Ramón Fuertes, el teniente de alcalde de Teruel, de Ciudadanos, ha pasado de postularse como candidato a la presidencia de Aragón a anunciar su vuelta a la empresa privada y su retiro de la política. Se baraja otro nombre de mujer, Nuria Tregón, número 2 en el consistorio. Nada más sabemos de un barco que está en pleno naufragio. Es más que probable que alguno de los que están abandonando la nave sucumba a los ofrecimientos del PP. Esos votos se quedarán en la derecha.

Todos afilan las armas en la batalla de Teruel. Quizás la derecha gane el combate, no el despacho. Los pactos serán claves y la izquierda, si consigue el “sí quiero” de todos, el de Teruel Existe y el del PAR, puede hacerse con el bastón de mando.

A la espera de que los partidos acaben sus obras, completen listas y programas que nadie olvide que la inflación y las renovables también votan y pueden originar algún conato de incendio porque son temas que pueden convertirse en un polvorín. También en las elecciones autonómicas, pero ése será el cantar de la siguiente columna.

Por Conrad Blásquiz

Me llamo Conrad Blásquiz Herrero, soy periodista, consultor en comunicación y un apasionado de la información política. Soy autor del libro “Aragón, de la ilusión a la decepción ¿la Autonomía en crisis? “. Durante más de 15 años, he recorrido diariamente los pasillos del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, escribiendo sobre la actualidad parlamentaria de la Comunidad Autónoma para las páginas de El Periódico de Aragón.