Hacía meses que las Cortes de Aragón no vivían un pleno tan bronco y agitado como el que vivimos hace pocos días. Faltan solo cuatro sesiones para acabar la legislatura y sus señorías están ya en modo electoral. Principalmente, la bancada popular. Los populares calentaron el pleno, y de qué forma, exhibiendo en las preguntas a Javier Lambán carteles sobre el gasto social del Gobierno del cuatripartito comparándolo (curioso) con la época de Luisa Fernanda Rudi en el Pignatelli, elevaron el tono de sus intervenciones en la tribuna y multiplicaron sus reacciones airadas y la algarabía provocando un espectáculo teatrero que nos recordaba a la dura labor de oposición de Jorge Azcón durante el mandato del ex alcalde Juan Alberto Belloch.
¿Ha decidido Azcón trasladar su sello a su grupo en las Cortes? Algunos diputados del PSOE y de Podemos no dudaron en ver las formas del Azcón peleón y alborotador del pasado. La tensión y los cruces de acusaciones de un lado a otro de los escaños obligaron a intervenir al presidente de la Cámara, Javier Sada, perplejo por lo que estaba viendo. “Señorías, ¡que hay público!”, les advirtió en tono serio en el momento de máximo fuego cruzado, consciente de la imagen lamentable que estaban ofreciendo a los ciudadanos que asistían en ese momento al pleno. Seguramente, salieron de la Aljafería sorprendidos y cabreados por aquello que acaban de presenciar.
No dudo que este tipo de actitudes pseudo colegiales, aunque con corbata y traje, de nuestros políticos contribuyen a abrir la brecha actual entre política y ciudadanía. Y fruto de esta lejanía evidente brotan movimientos ciudadanos que se unen para derribar el sistema tejido por los políticos profesionales. El partido Zaragoza Ya, presentado hace pocos días en un acto que sorprendentemente logró llenar uno de los salones del Hotel Palafox, y que tuvo de presentador-protagonista al ex delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, es un aviso muy serio de ese cansancio de la sociedad con las actuales formas de hacer política.