¿Es exagerado afirmar que hoy todas las decisiones importantes que afectan a Aragón pasan por Bruselas?

Es cierto. Casi toda la normativa que nos afecta en nuestro día a día se ha generado en Europa y luego ha sido traspuesta a la normativa española y autonómica. Por eso, es tan importante que nosotros como ciudadanos participemos en la elaboración de esa normativa. Europa no está formada por gente ajena a nosotros que toma unas decisiones que se aplican. Debemos implicarnos todos. La Oficina de Aragón en Bruselas participa lo máximo posible en estas decisiones. Intentamos llegar a otras instituciones europeas para poder influir en esa normativa. Nuestra labor no solo es de representación del Gobierno de Aragón, sino que también hacemos un esfuerzo para que se nos reconozca en el contexto de Europa.

¿Han desaparecido los recelos que provocó en la sociedad aragonesa la incorporación a Europa?

Pienso que ese sentimiento está superado. El porcentaje de personas que piensa eso es muy bajo en la población aragonesa. La mayoría de la gente ve a Europa como una aliada, una fuente de oportunidad y de desarrollo. Se ve mucho más como una oportunidad que como una amenaza. 

Y en medio está la Oficina del Gobierno de Aragón que actúa de puente y de correa de transmisión de lo que se decide en Bruselas. Entiendo que la actuación es bidireccional.

Efectivamente. Facilitamos tener buenos contactos, que sean relevantes y conocidos, que nuestra opinión pese en la toma de decisiones, buscar alianzas con otras regiones que tengan los mismos intereses que Aragón para actuar conjuntamente y poder tener un mayor peso específico. Nuestra labor consiste en estar atentos y activos. Al principio, nuestro trabajo era recabar información porque no era tan fácilmente disponible como es ahora con internet. La oficina era una especie de antena que recibía información de Europa para la toma interna de decisiones. Poco a poco se ha ido evolucionando y la antena funciona mucho más desde Aragón hacia Europa. Es decir, no solo queremos saber de Europa, sino que también queremos que Europa sepa de nosotros. El hecho de que te conozcan y te reconozcan, que sepan cuáles son tus peculiaridades y tus necesidades, te hace tener más capacidad de influir.

Muchos proyectos que obtienen el sí de la Unión Europea tardan años en ver la luz. ¿Por qué es tan lenta la maquinaria europea? 

Tiene razón. Los tiempos son los que son. Hay un tiempo material necesario para la modificación de la legislación y también hay otro tiempo que no se puede medir y que es mucho más difícil de controlar. Es el tiempo que se necesita para conseguir el apoyo y la fuerza capaces de hacer mover un proyecto hacia un lado o hacia otro. No todo el mundo está a favor del cambio que propones porque puede suponer un perjuicio para sus intereses. No hay más remedio que intentar vencer esas reticencias y eso lleva un tiempo. Hay cosas que llevamos persiguiendo muchos años y todavía no se han conseguido.

Uno de esos proyectos es la Travesía ferroviaria Central por el Pirineo. El Senado ha reclamado recientemente a propuesta del PAR su construcción ¿Qué futuro ve a esa infraestructura que parece olvidada?

Bueno, el futuro que consigamos entre todos. Los intereses franceses no van por ahí. Podemos decir que todavía no se ha conseguido la suficiente masa crítica de entidades y colectivos para poder lanzarlo adelante. No es un tema menor. Requiere mucha inversión y supone un importante impacto medioambiental. En fin, hay una serie de factores que todavía no han permitido impulsar este proyecto. 

Le ha tocado vivir un momento en que Europa está en plena evolución: pandemia, Ucrania, Brexit.

Si es cierto. Es un momento muy emocionante. Con la pandemia, la Unión Europea dio un paso adelante muy importante. Ha cambiado su propia legislación para poder implementar un fondo de ayudas y eso es mucho porque en sus estatutos tenía prohibido endeudarse. Tenemos mucha más Europa, es mucho más fuerte. Y con la crisis de Ucrania, Europa ha vuelto a dar una respuesta unitaria en términos de ayuda y de cohesión interna. Lo mismo que con el Brexit.

Entrevista publicada en El Periódico de Aragón

Por Conrad Blásquiz

Me llamo Conrad Blásquiz Herrero, soy periodista, consultor en comunicación y un apasionado de la información política. Soy autor del libro “Aragón, de la ilusión a la decepción ¿la Autonomía en crisis? “. Durante más de 15 años, he recorrido diariamente los pasillos del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, escribiendo sobre la actualidad parlamentaria de la Comunidad Autónoma para las páginas de El Periódico de Aragón.